Tres términos a entender cuando tratamos sobre política en el 2019: Nacionalismo, Populismo y Propaganda.
El primero se define como: la ideología que busca reivindicar el derecho que tiene una comunidad a nacionalizarse, es decir, a reafirmar su identidad particular a través de las herramientas políticas. El nacionalismo, como mecanismo de unidad, se sirve de símbolos y del patrimonio. Esto incluye un baile característico, un acento, una filosofía de vida, una bandera, un himno, una forma de estado, una religión. Funciona porque los seres humanos nos sentimos más cómodos si pertenecemos a un grupo que guarda cosas en común con nosotros.
Aquí viene el populismo. Por definición, en política, es la determinación de priorizar las necesidades del pueblo, que al final son el sustrato de lo que significa un país, el reflejo de la patria misma. En la práctica, es la técnica de atraer al pueblo. Se busca el apoyo de la gran masa, independientemente de si su ideología tienda a la derecha o a la izquierda, el objetivo es la masa. Esta tendencia es siempre atractiva porque asegura la mayoría de votos y con ello, el cargo de la presidencia.
Y luego viene la propaganda, cuya definición ya la sabemos porque usamos las redes sociales. Nos venden ideas en titulares de los artículos que no vamos a leer. Nos venden ideas fáciles, en oraciones sencillas, digeribles, que en el fondo no significan nada. Nadie quiere saber más de lo que le cueste leer en un título que es eso: publicidad. Y todos sabemos que la publicidad nos dice lo que queremos escuchar, consciente o inconscientemente. Joseph Goebbels, inventor de la propaganda política tal y como la conocemos ahora, una vez dijo: "Gobernemos gracias al amor y no gracias a la bayoneta".
Históricamente desde el siglo XVIII, el nacionalismo se justificaba porque las clases nobles empezarían a ser lo mismo que las bajas y los imperios debían empezar a hacerse a la idea de que eran nuevos tiempos y así vino la Revolución francesa y antes de eso la de Estados Unidos. ¿Pero qué es el nacionalismo en el tiempo de la globalización? Una identificación. Un imaginario que procure el desarrollo y mantenimiento socio-económico de las naciones. ¿No debe usarse cuando un país quiere invadir a otro? Sí. ¿Siempre? No. Porque en principio no siempre hay una amenaza externa, a veces, la amenaza esta en casa.
Hay innumerables ejemplos que pasan ahora mismo sobre el uso del nacionalismo desmedido para separar comunidades internas que no siguen la ideología mayoritaria y hacerse con los derechos civiles lo que se hace con el papel de baño.
El nacionalismo se usa como propaganda populista para llegar y lo mas importante, para mantenerse en el poder. Y vuelvo a citar a Goebbles, ministro de Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich: "Más vale una mentira que no pueda ser desmentida que una verdad inverosímil"; "Una mentira repetida mil veces se convierte en una realidad"; y mi favorita para este post, cuyo parecido con cualquier realidad no es coincidencia:
"La nación y el gobierno en Alemania son una misma cosa. La voluntad del pueblo es la voluntad del gobierno y viceversa. La estructura moderna del Estado alemán es una forma superior de democracia (democracia noble) en la cuál, en virtud del mandato del pueblo, el gobierno es ejecutado autoritariamente por lo tanto no hay posibilidad de interferencia parlamentaria que obstruya e interprete ineficientemente la ejecución de la voluntad nacional."
Resumen, que si el gobierno y el pueblo están mas claros que el agua, no hay necesidad de una representación intermedia, lo que supone un crédito muy algo al gobierno y con ello la libertad total de gobernar según su corazón, que no siempre esta plagado de los valores que quiere vender.
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